Diario del Mundial: Argentina - México, el desahogo

Los Argentinos no somos aristotélicos. No tendemos al justo medio, sino a los extremos. Aunque sean invenciones exageradas, estas múltiples aplicaciones de opuestos se convierten en un discurso muy permeable, que suena mucho en los medios, mesas de familia y casas de estudio, y naturalmente envuelve al fútbol. ¿Pero se puede aplicar a la selección nacional y al lapso en particular de este Mundial? Postpartido, se lo escuché decir a periodistas deportivos, al DT y a un amigo. Antes éramos los peores, ahora los mejores. El tropezón con Arabia nos hizo caer bajo. Sin los pies en terreno firme, en un barro movedizo, la Scaloneta, a pesar de eso, no había tocado fondo y estaba lejos de eso. Solo las expectativas, ese fervor que puede hacer disparar y derrumbar finanzas, habían bajado más de la cuenta. El equipo todavía seguía a flote y así salió con cambios dudosos que querían devolver confianza. Los jugadores argentinos se movían en la cancha pero muchos parecían paralizados. At...